viernes, 12 de diciembre de 2008

La sexta práctica comentada: Paradores ¿titularidad pública o privada?

Recordemos el enunciado:
Paradores es una sociedad de capital público que gestiona servicios de hostelería. ¿debería ser de titularidad pública o privada?¿por qué?
Vuestras opiniones:
48 alumnos habéis presentado la práctica sobre si Paradores debe tener una titularidad pública o privada. La mayoría (39) se inclinan por la titularidad pública. Los que prefieren la titularidad privada se apoyan en dos razones: la clásica ineficiencia del sector público y el que el Estado puede destinar estos recursos a otros fines "de interés general". Los que prefieren la titularidad pública apelan a mayor número de razones: algunos entienden que estamos ante un monopolio natural y que por ello debe intervenir el Estado, otros indican que es una fuente de ingresos útil para financiar otros programas de gastos, otros se apoyan en los fines sociales (implantación en zonas pobres o despobladas...) y casi todos tratáis de vincular la titularidad pública con el hecho de que se encuentren en edificios históricos que de otra forma (en manos privadas) no se mantendrían correctamente.
Mi opinión:
No hay una solución al respecto: Aunque el primer parador (el de Gredos) se inauguró en tiempos de Alfonso XIII el impulso al modelo de paradores es de los años 60 como instrumento de promoción turística de España hacia el exterior, con algo más que playas, paella y toros. Lo primero que debería analizar es si estamos ante un monopolio natural: quizá imbuidos por el temario ahora nos parece que todo aquello que requiere una inversión inicial (un coste fijo) y que una vez en marcha producir una unidad más es un monopolio natural. Pero pensad en la palabra “monopolio”:¿el sector de la hostelería es un monopolio?¿hay un solo (o unos pocos) oferentes?. Incluso en el del alojamiento en edificios históricos hay cierta competencia entre agentes privados y públicos (en Extremadura hay una red de hospederías dependientes de la Comunidad Autónoma). No parece que nos encontremos ante una situación monopolística a no ser que reduzcamos tanto este mercado que lo definamos como “alojamiento en edificios del patrimonio histórico español emblemáticos”. Eso sí, montar un negocio de este tipo no es barato. Lo segundo que quiero que veáis es que la gestión de paradores se asemeja mucho a una gestión privada. Fijaos que la pregunta era si debería ser de titularidad pública o privada y que, como algunos habéis puesto en el enunciado (tomado al vuelo en clase) la idea es “si la mano que hay detrás debería ser pública o privada”. De hecho la mano que sostiene las acciones de la sociedad Paradores es pública pero sus métodos de gestión son privados (los que mirasteis la página web de Paradores lo visteis enseguida). Esto supone que Paradores contrata a sus empleados de acuerdo con el Estatuto de los Trabajadores, como cualquier otra empresa, y los despide de la misma manera y que compra las bebidas, la carne y las sábanas con criterios y sistemas parecidos a los que se siguen en otras empresas de hostelería privadas. Por eso los razonamientos basados en la ineficiencia de lo público por rigideces en materia de personal o de contratación de bienes y servicios tampoco se aplica al caso. Es más, como también se ve en su página web, entre los fines de Paradores está la obtención de beneficios. En resumen la “casi” única diferencia que hay entre paradores y una cadena de hoteles privada es el “dueño”, no la gestión. Y digo “casi”, porque el “dueño” de una empresa sí decide en alguno de los aspectos de la gestión de la empresa y puede estar dispuesto a renunciar a una parte (o a todo) de sus beneficios a cambio de determinadas decisiones políticas o sociales. En una empresa privada el dueño-accionista, quiere dividendos y difícilmente estará dispuesto a cambiarlos por el desarrollo de un territorio deprimido (quizá sí por su pueblo natal) o por aumentar el empleo. Sin embargo si el “dueño” es el Estado es fácil, y así sucede (recordad el desastre del Prestige y la promesa de Parador en Muxía), que esté dispuesto a cambiar esos “dividendos” por beneficios sociales. Esa es una buena razón para defender la titularidad pública de un negocio de este tipo. Tampoco hay que olvidar lo que alguno de vosotros manifestáis: una preocupación sobre las manos en que dejaríamos unos bienes tan valiosos (que requieren cuidados, conservación, restauración...); aunque sólo sean inquilinos, (ya que estos monumentos no son “propiedad” de la sociedad paradores, ni lo serían, en ningún caso de un sujeto privado), hay la sospecha de muchos ciudadanos (entre los que me incluyo) de que están mejor “en manos” del Estado que de los sujetos privados. Finalmente (he sido un poco pesado) creo que los Paradores prestan un servicio de muy alta calidad (todos querréis celebrar vuestra boda en San Marcos, la lista de espera es de años): siempre utilizo este argumento para tratar de convencer a otras personas de que eso de que el sector público es ineficiente “per se” es una “trola”: todo es cuestión de los métodos de gestión que se apliquen.

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